Por Eugenio Zamora
México suma poco más de dos años de haber perdido la categoría 1 en seguridad aérea ante la Administración Federal de Aviación (FAA), que es la máxima autoridad en materia aeronáutica en los Estados Unidos, esta situación se ha tratado de minimizar por parte del Gobierno Mexicano, argumentando que es solo un tropiezo producto de los estragos que dejó la pandemia del COVID-19, apelando, por supuesto, a la ignorancia que existe en el grueso de la sociedad acerca de esta materia, pero ¿En qué consiste esto y cuáles son realmente las implicaciones que tiene haber sido degradados a categoría 2?
Bueno, en primer lugar, debemos puntualizar que la Federal Aviation Organization (FAA por sus siglas en inglés) es la máxima autoridad en materia de aviación civil en Estados Unidos, la cual tiene parámetros de seguridad aérea para determinar con qué países es seguro establecer nuevos lazos en materia aeronáutica comercial. Nuestro país se había mantenido con la Categoría 1, es decir, la calificación óptima para continuar ampliando nuestras líneas comerciales con nuestro vecino del norte, sin embargo, eso cambió desde el 20 de mayo de 2021, pues la FAA degradó a México de la Categoría 1 a Categoría 2, pero ¿Qué implica ello? Bueno, principalmente que, a partir de esa resolución, ninguna aerolínea estadounidense puede establecer nuevas rutas comerciales con nuestro país y viceversa, lo cual, parece no tan grave hasta que observamos minuciosamente los impactos económicos que el dictamen, pues las aerolíneas mexicanas se habían preparado para el repunte del turismo post pandemia con una flotilla renovada de aeronaves de última generación y contratos de palabra para establecer mas rutas que satisfagan esa nueva demanda, misma que se vió mermada con el dictamen; y ni hablar de la industria transportista, hotelera y demás inherentes al turismo estadounidense.
Ahora bien, ¿Qué provocó esta decisión de la FAA? Es complejo pues fue un conjunto de factores; en una primera instancia, la decisión de cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México provocó incertidumbre desde las aerolíneas extranjeras para con las autoridades mexicanas en materia de aviación; lo anterior aunado a la flagrante y constante militarización de la seguridad del país, la cual ha alcanzado a la industria aeronáutica, pues ahora las comandancias regionales, las comandancias de aeropuertos y hasta la propia Agencia Federal de Aviación Civil son dirigidas por ex militares, personas que si bien son profesionales en la aviación militar, no lo son en el ramo de la aviación civil, máxime con el recorte masivo de personal de inspección y verificación en aras de la austeridad republicana, provocaron la desconfianza de las autoridades aeronáuticas estadounidenses para mantenernos en la máxima categoría.
Ahora bien, ¿Cómo vamos con la recuperación? Pues la FAA ha realizado ya 2 auditorias en nuestro país, la última el mes pasado, hallando por reiterada ocasión deficiencias en el marco jurídico aeronáutico (Ley de aeropuertos, Ley de Aviación Civil, etc.). Aunado a ello, pese a que la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) calificó como “satisfactoria” la última auditoria, la información que reveló el periódico “El Financiero” revela que la FAA calificó a 2 de los 8 rubros calificados como “reprobados”, pues la AFAC no ha cumplido con los requerimientos establecidos por los anexos 1, 14 y 16 de la Organización Internacional de aviación Civil (OACI), organización que ya estableció una oficina en la Ciudad de México para coadyuvar en la recuperación de la categoría, pero que se encuentra inoperante por falta de personal por parte las autoridades mexicanas.
Pese a estos resultados, el Gobierno Mexicano encabezado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador continúa con la militarización de la industria aérea y, principalmente, continúa sin la voluntad política para cumplir con lo que la OACI y la FAA requisita, mientras tanto, el turismo en México continúa estancado y las aerolíneas mexicanas continúan quebrando. Ya cayó Aeromar, Interjet y ahora Calafia. ¿Qué sigue para la aviación civil en México?
Comentarios
Publicar un comentario